La paternidad.

Estamos acostumbrados como sociedad a que la familia incluye un padre, una madre e hijos, y por mucho tiempo se vivió con la creencia de que las parejas debían permanecer juntas por el bien de los hijos y en el caso de separación también existía una separación de los hijos y de las responsabilidades que como padre corresponden. 

Cuando un padre engendra un hijo debe también darse cuenta de que no solo está dejando parte de si mismo en ese nuevo ser, sino que va a existir un lazo emocional permanente estando presente o no; por que la sociedad así lo marca. Es por eso, que debe existir una consciencia de paternidad en la que, el compromiso no solo sea con la pareja sino que este compromiso se extienda exclusivamente hacia el hijo o hija independientemente de la relación de pareja.

 Los padres deben responsabilizarse de su propia relación con sus hijos y pese a todo el mundo de cosas y responsabilidades por hacer; los hijos deben siempre ser el compromiso más importante, porque si no fuese así queda a la deriva el siguiente cuestionamiento; ¿Por qué trabajar tanto? ¿Para quién se trabaja con tanta dedicación? ¿Cuál es el objetivo de trabajar cada día de la vida? A caso no es por alcanzar una vida mejor ya sea para la familia que en un punto se decidió formar, por metas individuales acaso, o finalmente para los hijos o hijas, por que en la mente de cada padre esta darles lo que en algún momento no pudieron tener, por ejemplo, una mejor educación; pero en realidad lo que los hijos e hijas quieren es solo un poco de  tiempo y de  compromiso, ellos solo desean afecto y sentirse amados y queridos por esa persona que ellos ven como un todo de fuerza y de poder, los niños y niñas no saben de cuentas por pagar, ni de inflación; ellos solo quieren saber que el hombre mas importante en sus vidas los ama profundamente como ellos a él.

Padre no olvides que tu fuiste niño, no olvides esas necesidades de afecto que alguna vez tuviste ya que son justo las que te guiaran a ser diferente con tus hijos e hijas, no olvides tus experiencias buenas y malas, siéntete orgulloso del camino que te has trazado, por que aun no se acaba y ya has llegado hasta este momento en la vida, confía en tus enseñanzas y cultiva más que nada amor, por que como ese niño pequeño que un día fuiste tus hijos e hijas también van a lograrlo y lo único que permanecerá será el respeto y el amor.

Lic. Psicología Clínica Gretel Uriarte

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