Diciembre, mes de la generosidad.

DICIEMBRE: MES DE LA GENEROSIDAD 

La generosidad es un valor y una virtud, es actuar solidariamente y con desinterés, es hacer uso de la voluntad para llevar a cabo un acto de desprendimiento de lo tangible o intangible que se posee y para ello se debe tener una apreciación valorativa de lo que se tiene, de lo contrario surgiría una confusión y se terminaría ofreciendo a otros meramente lo que sobra y no lo que realmente pudiesen necesitar.

Es una virtud y un valor que un individuo acuña en su existencia a lo largo de la misma, podríamos hablar de enseñar a los niños a ser generosos y se pueden lograr grandes avances a través del ejemplo y de lo que en su día a día su entorno les ofrece, sin embargo, hay dobles mensajes en lo que les transmitimos y ofrecemos.

Un ejemplo podría ser el de un padre de familia, que al regresar a casa después de su jornada laboral pasa por un almacén de juguetes, ve una muñeca para su hija que lo espera ansiosa y la compra. Al llegar a casa y ver sus ojitos iluminados por su presencia, le entrega el obsequio, ella se entretiene solita con su nuevo juguete y él se dispone a ver el partido de fútbol que está por comenzar.

Una variable a este ejemplo sería si el padre de la niña en vez de comprar la muñeca, decide pasar una hora de juegos con ella, y dejando de lado el partido de fútbol le ofrece tiempo de calidad, mismo que la niña abrazará como el más bello tesoro en sus memorias.

De los dos ejemplos, ¿en cuál el padre de la niña fue más generoso?

Ser generoso es estar dispuesto a brindar lo que atesora como propio no solo en materia, en tiempo también. Ser generoso consiste también en saber recibir, por lo que es importante tener conocimiento de uno mismo y así percibir las necesidades propias como seres sociales. ¿Cuántas veces al día se detiene a pensar en lo que desea para usted?

Muchas personas van por la vida creyendo que no merecen ser felices, y no se dan cuenta de que se están negando la oportunidad de serlo y están practicando un acto egoísta consigo mismas, y esto es fruto indudablemente de su historia de vida. Alguien en el pasado les dijo o les trasmitió la idea de no merecer y entonces van por la vida negándose las oportunidades que se presentan en su camino. Y si se olvidan de sí mismos, ¿Cómo podrían entonces llegar a pensar en los demás o en lo que requieren?

Esto los llevará a medirse a la hora de practicar la generosidad o igual lo darán todo sin mesura olvidándose de ellos mismos.

“Una persona generosa posee la capacidad de prestar atención a quien más lo necesita, y eso es resultado de que a lo largo de su vida interiorizó una gama de valores que le ayudan a descubrir día con día sus propias necesidades y como cubrirlas. De su amor y respeto hacia su ser mismo se expande la generosidad y es capaz de ser empática con sus semejantes.”

Por ello, el brindar dentro de la crianza una educación basada en los valores es primordial, empezando por el amor, la comunicación, el respeto, la responsabilidad y así recorrer en enseñanza toda la gama de valores existentes. Hacer conciencia de lo que como adultos se requiere para tener una vida plena, indudablemente le llevará a brindar una educación de calidad a sus hijos.

 Le invito no sólo a practicar la generosidad; sino también a vivirla y expandirla desde la esencia misma de su corazón.

Y recuerde que con amor todo es posible.

 Lic. Psic. María Esther González Alvarado.

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