Marzo, mes de la inteligencia emocional.

MARZO: MES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Cuando hablamos de inteligencia, regularmente solemos pensar en las capacidades intelectuales de un individuo, pero hoy día hay factores dentro del desarrollo de todo ser que nos arrojan la necesidad de adquirir, sí una inteligencia, pero en el ámbito emocional, que permita verdaderamente potenciar la vida de una persona desde sus primeros años de formación y de ahí hasta la senectud.

“El alto nivel de autocontrol no solo predice los mejores aprendizajes, sino también un buen equilibrio emocional, mejores destrezas interpersonales, sentido de seguridad y adaptabilidad” (Goleman, 2013, P. 111).

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social. (Goleman, 1995: 43.44)

La inteligencia emocional es adquirida por un niño a través de sus percepciones dentro de su entorno social primario y mediante los propios procesos emocionales que sus figuras parentales representan en el día a día. Me atrevo a decir que incluso un bebé es capaz de percibir el estado a de ánimo de su madre desde su estadía en el vientre materno, puesto que ya tiene una memoria emocional.

Como ya he comentado en otros escritos, todo individuo nace ya con un temperamento, pero son los entornos sociales primario y secundario, los que se encargan de conformar su personalidad. La sociedad determina a cada uno de sus integrantes e incluso la función que dentro de la misma ejercerá. Los niños(as) desde esa primera infancia son pequeñas esponjas absorbentes y hambrientas de adquirir memorias, y estas en la mayoría de los casos llegan mediante impactos emocionales y el ejemplo vivencial de cada persona que interactúa con ellos durante su desarrollo, por ello es que se dice que los primeros aprendizajes son por imitación y por ende, así como papá y mamá resuelven sus propios conflictos en el día a día e incluso los existenciales, ellos aprenderán a resolver los propios. 

Pautas para fomentar la inteligencia emocional en los niños:

*Acerque a su hijo(a) al descubrimiento de las emociones a través de la lectura, lea para él o ella historias que hablen sobre emociones y procuré modelar cada una, de forma que su hijo(a) perciba el rostro de las mismas y las palpe a través de usted.

*Una vez que su hijo(a) identifique cada emoción hay que dar paso a la expresión, y a partir de ahí será importante escuchar incluso en el silencio todo lo que tendrá por decir.

*Promueva la escucha activa y la comunicación asertiva.

*Busque modelar valores para su hijo(a) como lo son: la solidaridad, la empatía y la generosidad le enseñarán que la ayuda a otros seres vivos es indispensable y necesaria en este mundo y que la satisfacción personal al ayudar a otros, es mejor que cualquier recompensa material. Todo con el ejemplo, jamás lo olvide. 

Lic. Psc. María Esther González Alvarado.

*INTELIGENCIA EMOCIONAL. DANIEL GOLEMAN / 1995.

MARZO: MES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Cuando hablamos de inteligencia, regularmente solemos pensar en las capacidades intelectuales de un individuo, pero hoy día hay factores dentro del desarrollo de todo ser que nos arrojan la necesidad de adquirir, sí una inteligencia, pero en el ámbito emocional, que permita verdaderamente potenciar la vida de una persona desde sus primeros años de formación y de ahí hasta la senectud.

“El alto nivel de autocontrol no solo predice los mejores aprendizajes, sino también un buen equilibrio emocional, mejores destrezas interpersonales, sentido de seguridad y adaptabilidad” (Goleman, 2013, P. 111).

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social. (Goleman, 1995: 43.44)

La inteligencia emocional es adquirida por un niño a través de sus percepciones dentro de su entorno social primario y mediante los propios procesos emocionales que sus figuras parentales representan en el día a día. Me atrevo a decir que incluso un bebé es capaz de percibir el estado a de ánimo de su madre desde su estadía en el vientre materno, puesto que ya tiene una memoria emocional.

Como ya he comentado en otros escritos, todo individuo nace ya con un temperamento, pero son los entornos sociales primario y secundario, los que se encargan de conformar su personalidad. La sociedad determina a cada uno de sus integrantes e incluso la función que dentro de la misma ejercerá. Los niños(as) desde esa primera infancia son pequeñas esponjas absorbentes y hambrientas de adquirir memorias, y estas en la mayoría de los casos llegan mediante impactos emocionales y el ejemplo vivencial de cada persona que interactúa con ellos durante su desarrollo, por ello es que se dice que los primeros aprendizajes son por imitación y por ende, así como papá y mamá resuelven sus propios conflictos en el día a día e incluso los existenciales, ellos aprenderán a resolver los propios. 

Pautas para fomentar la inteligencia emocional en los niños:

*Acerque a su hijo(a) al descubrimiento de las emociones a través de la lectura, lea para él o ella historias que hablen sobre emociones y procuré modelar cada una, de forma que su hijo(a) perciba el rostro de las mismas y las palpe a través de usted.

*Una vez que su hijo(a) identifique cada emoción hay que dar paso a la expresión, y a partir de ahí será importante escuchar incluso en el silencio todo lo que tendrá por decir.

*Promueva la escucha activa y la comunicación asertiva.

*Busque modelar valores para su hijo(a) como lo son: la solidaridad, la empatía y la generosidad le enseñarán que la ayuda a otros seres vivos es indispensable y necesaria en este mundo y que la satisfacción personal al ayudar a otros, es mejor que cualquier recompensa material. Todo con el ejemplo, jamás lo olvide. 

Lic. Psc. María Esther González Alvarado.

*INTELIGENCIA EMOCIONAL. DANIEL GOLEMAN / 1995.

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