La nutrición y el maltrato infantil

En los últimos años, mundialmente se ha establecido una mayor apertura para entender y atender la violencia en contra de los niños y adolescentes principalmente en sus implicaciones a la salud física, psicoemocional y nutricional. Los niños pueden sufrir o padecer diversas formas de maltrato y ello genera una problemática médico-social lo cual nos involucra a nosotros como nutriólogos, padres de familia, personal docente, y lo denominamos el Síndrome del Niño Maltratado (SNM). Su existencia es mundial por lo que se han publicado diferentes estudios que nos permiten ir más a fondo y conocer los diversos factores que lo pueden ocasionar o detonar, de igual manera podemos encontrar ciertas estrategias e implementarlas para intentar detener el problema.

Gabriela Ruiz, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, señala que los contextos de vulnerabilidad que enfrentan niños y niñas en México son cada vez más crecientes, estas situaciones generan un impacto en su vida presente y futura.

Ante esta situación debemos saber identificar las manifestaciones que nos ayudaran a detectar algún caso de maltrato, podemos simplificarlo y clasificarlas en dos tipos:

Visibles

  • Golpes.
  • Moretones.
  • Laceraciones.

Invisibles

  • Desnutrición
  • Trastornos alimentarios, del sueño, de personalidad.
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Ansiedad.
  • Baja autoestima.
  • Sobrepeso y obesidad.

Debemos establecer ciertas estrategias de prevención, es evidente que las unidades familiares estables pueden tener un efecto muy protector sobre los niños, un vínculo sólido entre padres e hijos y la utilización de técnicas disciplinarias positivas sin castigo físico deberían constituir factores de protección.


Es conveniente que se realicen estudios donde se analicen múltiples variables como antecedentes médico-nutricios del niño, educación materna, hábitos alimentarios de la familia y del niño, interacción madre-hijo, estado nutricio de los demás integrantes de la familia, identificación de cambios en conducta alimentaria y del estado nutricio del niño, esto nos permitirá identificar la forma del maltrato y nos ayudara a actuar de manera correcta ante la problemática.

Conclusiones
Los profesionales de la salud que atienden niños y adolescentes deben permanecer alerta ante las expresiones conocidas como visibles que presentan los menores para sospechar y establecer un diagnóstico de maltrato infantil. Sin embargo, es fundamental que ante las manifestaciones consideradas como invisibles sea considerado el maltrato infantil como un posible factor involucrado, una vez descartadas las causas orgánicas, emocionales, y socioculturales más frecuentes.

Por: Departamento de Nutrición de El Tren del Saber

Bibliografía
Clínica de atención integral al Niño Maltratado, Instituto Nacional de Pediatría.
Universidad Nacional Autónoma de México, Fundación UNAM.

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