Febrero, mes de la amistad.

FEBRERO: MES DE LA AMISTAD

Amistad de acuerdo a la definición de la RAE, es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

“La amistad como valor reside en el poder experimentar la gracia de compartir con los demás no solo lo que pudiésemos poseer; sino también lo que somos.”

-Esther Glez.-

La amistad es un valor humano de gran prioridad para toda persona, independiente de sus creencias, cultura, formación, posición social, etnia o raza. Todos necesitamos en algún momento ese hombro, ese abrazo, ese aquí estoy.

Habrá quienes no crean en que la amistad existe, y es que tal vez pudiesen haberse sentido decepcionados en algún momento de su vida e incluso hay filósofos de la antigüedad como Sócrates, que creía que una persona que pudiese tener muchos amigos lo único que demostraba era su debilidad, una falta de coherencia en su vida, la carencia misma, pero había otros como Aristóteles que creían lo contrario. Y es que en la vida nos encontraremos con infinidad de opiniones e indudablemente cada quien habla según su experiencia en la vida.

Hoy les hablaré un poquito sobre la mía y ha sido maravillosa, eh conocido infinidad de personas que han dejado una huella imborrable en mis días. Y sí, alguna vez me sentí defraudada por otros pero al pasar el tiempo y haciendo conciencia de lo que significan todas las personas que se han cruzado en mi camino, aprendí que era importante incluso el dolor de la desilusión. Idealizamos tanto y vivimos con ideas tan erróneas que terminamos lastimándonos a nosotros mismos en vez de agradecer el haber tenido esas presencias en nuestro camino.

Yo he aprendido a que un amigo se asemeja a un hermano y aunque existe una gran diferencia entre ambos conceptos siempre he tenido la fortuna de poder elegir con quién compartirme. Y asertivamente puedo decir que al analizar este fortunio a nivel psicológico llegue al punto de comprensión de la gran necesidad de verme en constate en ese gran espejo que simboliza mi dualidad misma y que indudablemente  siempre he proyectado en los demás.

 “Mi amigo es mi otro yo”

-Aristóteles.-

Esta frase ha sido parte aguas en mi camino, en la adolescencia sufrí por no tener una comprensión de lo que pasaba y nadie me explicaba, sufrí por no tener un sentido de pertenencia y  en ese momento desconocía incluso lo que  significaba e implicaba, y me limite a observar mi entorno y al no encontrar respuestas claras solo interpretaba hasta que me sujete de la mano de alguien y le llame hermano. Y  fue entonces que supe lo que era un amigo, y recordé a los de la infancia, las risas, la inocencia, la ilusión, los juegos y abrace su recuerdo.

En la actualidad y al vivir tiempos tan complejos es necesario brindar guía y orientación a nuestros niños(as) y digo nuestros porque todos somos participes en su formación y el enseñarles  sobre la amistad es prioridad; así como también el hecho de  que  necesitamos como seres sociales hablarnos, escucharnos,  interactuar y sentirnos acompañados.

La amistad se concreta en la escuela e implica el que los niños(as) logren vincularse con sus iguales y sus formadores, pero también implica y conlleva valores que solo se forjan en el hogar y desde que nacen, porque esa es la segunda parte de su historia, la primera inicio desde el vientre de mamá.

Si un niño adquiere en ese primer entorno social, que es su familia ese sentido de pertenencia que es tan importante, entonces en cualquier sitio que se presente a nivel social y fuera de su hogar, podrá sentir que tiene un lugar y que por ende pertenece al mismo con sus pares y entonces llegará a él o a ella  la comprensión de que  tiene la capacidad de dar y también el derecho de recibir.

Un amigo con el paso del tiempo se convierte en coautor de los momentos más memorables de nuestra historia de vida, se dice que quien ha encontrado un amigo, ha encontrado un gran tesoro.

Definitivamente no se aprende a ser amigo en base a un manual de instrucciones, esto va más allá  e implica incluso la empatía de poder ponernos en los zapatos del otro, la amistad se despliega en el afecto mutuo e incondicional, ese que no antepone condiciones y que es transparente.

Enseñemos pues con el ejemplo y transmitamos a los más pequeños este valor que es base fundamental para un buen desarrollo social, enseñemos a cultivar la amistad a través del respeto, la armonía y la tolerancia, pero sobre todo con amor.

Lic. Psic. María Esther González Alvarado

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